** A propósito de ser Esta la Semana Internacional de las Personas Sordas, esta exhibición de panificación alcanzada por el curso especial del Inces, nos demostró que no hay barreras cuando de aprender y emprender se trata. De nuevo el instituto abre sus aulas para todos sin exclusión
Ivaldo Rodríguez | Sede
Con un acto calificable de mágico, solidario, esperanzador y por sobre todo incluyente, al mejor estilo del Inces, se celebró la presentación final del grupo de personas con discapacidad auditiva que durante los viernes en la tarde, de los últimos dos meses, estuvieron adentrándose en el mundo de la Panadería Doméstica.
Esta realidad surgió como producto de un convenio y una relación cercana de cooperación existente entre el Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad (Conapdis) y el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces), a través de la Gerencia General de Formación Profesional y su Programa de Atención a los Discapacitados, luego de que los técnicos del instituto ajustaran algunos de los cursos tradicionales y “contingenciaran” los contenidos, adaptándolos en tiempos y objetivos.
No es exagerado decir que la emoción desbordó el río. Los presentes se sumergieron en una atmósfera plena de satisfacción por lo alcanzado por estas personas luego de un esfuerzo digno de excelentes causas y un emprendimiento y perseverancia a toda prueba.
El salón dispuesto para la ocasión se sintió pequeño. El lenguaje de señas fue el protagonista. Allí se instalaron cuatro mesas de exhibición donde los frutos del trabajo fueron objeto de degustación, evaluación y aprobación por parte de personal calificado como maestros gastrónomos, panaderos y pasteleros.
Uno a uno fueron “revisando” elaboraciones dulces y saladas muy sencillas, pero bien hechas. Los elogios no faltaron y las lágrimas de felicidad de los evaluados, tampoco. Se apreciaron y probaron piñitas caseras, galletas dulces, rolls de canela, albóndigas de festín, hamburguesitas, panecillos y así, diversas hechuras con distintas exigencias de amasado, horneado y preparación en general.
Los graduandos obtuvieron conocimientos en higiene, métodos de panificación, masas madre dulces y saladas y un cargamento de recetas, entre otros contenidos.
El reconocido y mediático chef, Otto Mas Martínez expresó que “me parece muy bonita y provechosa esta unión entre las instituciones involucradas que trae como resultado el incentivo a la vida para personas que requieren atención y apoyo. Estoy en disposición de seguir a su lado a través de mi escuela, ‘El Pan de Cada Día’. Da gusto ver la realización de buena panadería como resultado de un esfuerzo sostenido”.
Por su parte el veterano maestro técnico productivo (MTP) del Inces, adscrito al Distrito Capital, Carlos Lucena manifestó que fue muy bonito compartir con ellos. Son personas con gran disposición y carisma enfocados hacia el aprendizaje. Fue muy grata la experiencia y estamos completamente a la orden para continuar estos programas de inclusión y difusión de conocimientos en el área. “Ya usted los vio, no hayan como expresar su agradecimiento hacia el Inces”.
El profesor chef, José Alberto Villanueva, comentó que este grupo es un ejemplo de que las personas no deben limitarse en sus capacidades. Estos participantes nos demostraron que la palabra discapacidad no les asienta.
Y finalmente la jefa de centro del CFS Jorge Rodríguez, Yelena León apuntó que “estoy muy emocionada porque yo soy de las personas que creo que los sueños se pueden llevar a la realidad y Este es un sueño de inclusión formativa productiva para compatriotas con capacidades especiales. Lo que hicimos nosotros fue incluirlos y darles las condiciones para alcanzar sus metas. Esta es una apertura para que el Inces se convenza de que podemos llegar mucho más allá, el límite es el horizonte y con nuestra voluntad política desde el gobierno y capitalizada por la gestión del nuestro presidente Wuikelman Angel, nos damos cuenta de que adicionalmente podemos extender estas formaciones en todo el país”.
