** Entre los diferentes movimientos campesinos que existen en el ámbito internacional, el Movimiento Sin Tierra de Brasil ha representado una ejemplar experiencia de organización que trabaja, no solo por la justa distribución de las tierras productivas, sino que además lucha por los derechos de los campesinos y campesinas en cualquier parte del mundo
NADIA LOBO| Mérida
Su objetivo fundamental es la lucha por la reforma agraria, en aras de una distribución más equitativa de la tierra. En éste ámbito han conseguido logros significativos. Se trata del “Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra de Brasil (MST), un movimiento de clase y de masas que, a diferencia de otros colectivos sindicales, sus acciones de ocupación de tierras han tenido impacto no solo en Brasil sino en el mundo entero.
Se originó en la oposición al modelo de reforma agraria impuesto por el régimen militar, principalmente en los años 1970, que priorizaba la colonización de tierras en regiones remotas, con los objetivos de exportar los excedentes poblacionales y de conseguir la integración estratégica. Contrariamente a este modelo, el MST busca fundamentalmente la redistribución de las tierras improductivas.
Así lo explica Dennis Sosa, miembro del MST e integrante activo de la Brigada Internacionalista” Apolonio de Carvalho que hace vida en Venezuela, quien destaca que el MST nace en Brasil en el año 1984 por la necesidad de retomar la democracia en Brasil. Es un movimiento que lucha por la reincorporación del hombre al campo.
“Trabajamos con las personas que fueron excluidas del campo brasileño, por varios motivos. Nosotros intentamos reorganizar a los campesinos y campesinas que fueron excluidos y que quieren volver a la vida del campo para que tengamos una nueva oportunidad en el trabajo de la tierra y, a partir de allí, organizamos las personas para la retoma de tierras improductivas que se encuentran en manos de los grandes terratenientes”, señaló Sosa.
Indicó igualmente que su meta y su bandera de lucha es ocupar, resistir y producir en el campo, pero no solo la producción. Hemos visto la necesidad de pensar también en la educación y en una salud distinta. Así mismo, en un nuevo tipo de producción, con una mirada mas a la agroecología y hacia una agricultura natural, totalmente orgánica.
El grupo se encuentra entre los movimientos sociales más grandes de Latino América, contando entre sus miembros a un millón y medio de campesinos sin tierra organizados a lo largo de 23 de los 27 estados de Brasil.
El MST busca que se extienda una agricultura diferentes, que tenga respeto por la naturaleza y por el propio agricultor, “porque consideramos que la agricultura realizada a base de químicos no respeta ni a la naturaleza, ni al productor, porque se enferma, se excluye al final, y da mucho más problemas que soluciones”, dijo el activista.
“Nosotros en Brasil buscamos cambiar la sociedad para que tenga la oportunidad de mantenernos nosotros y a nuestras familias más tiempo en sus área y en la agricultura que es un profesión que muchas veces es marginada, pero la ciudad se alerta cuando le falta la comida que se produce en el campo. La agricultura es una profesión y es un modo de vida, es eje central dentro de la sociedad. Si no hay alimentos, no salimos de la casa, no tenemos como movernos, no se pueden hacer otras actividades”.
Una experiencia exitosa que traspasa las fronteras
El MST jugó un papel significativo en la transición democrática del país y se convirtió en un apoyo para el Partido de los Trabajadores. Durante este periodo sufrió profundas transformaciones internas relacionadas con la ruptura de su alianza con la Iglesia, que supuso un duro golpe tanto a nivel organizativo como ideológico: la secularización del movimiento dividió a muchos de sus miembros. Ello no impidió que se le diera una importancia central a la cuestión agraria en la nueva Constitución brasileña de 1988, en la que se instituye como principio general la función social de la propiedad y se imponen una serie de requisitos a las propiedades rurales.
Explica el activista que este movimiento desde 1984 ha cometido errores y aciertos, “son muchos los errores que cometimos a lo largo de este tiempo, sin embargo, intentamos seguir adelante, y extender sus experiencias positivas fuera de sus fronteras, donde han venido desarrollando alianzas y convenios con otras comunidades agrícolas del mundo”.
El MST ha tenido experiencias con brigadas internacionalistas en Bolivia, en Paraguay, tenemos una cercanía muy grande con Argentina, también tenemos presencia en Haití, en Ecuador y siempre que es necesario estamos dispuestos a colaborar donde nos necesite, tanto en Latino América y el mundo.
Nuestras Brigadas Internacionalistas, también ha estado presente en África, y China, y donde sea necesario, allí estaremos prestos a colaborar.
En el caso de Venezuela, hacemos presencia desde finales del año 2005, con el objetivo de ayudar en la organización de los movimientos sociales, pues a pesar que Venezuela viene luchando desde la guerra Federal, la verdadera lucha por la tierra es relativamente nueva, pues son movimientos sociales del campo que están con un proceso inicial para la organización, para la educación y para la producción, y esta lucha tiene su impulso con el gobierno del comandante Hugo Chávez, y ahora con el Presidente Obrero Nicolás Maduro, pero para lograrlo, debe haber organización.
En Venezuela trabajamos actualmente con formación con mujeres, jóvenes, e intentamos apoyar con cursos de formación agrícola, de organización política, de organización productiva, ya que en Brasil tenemos más 100 Cooperativas, un número importante de cajeras del agro, como cajas de agronomía, de agro-ecología, de la pedagogía, hemos graduado personas en el área de la medicina con convenios con universidades en el área de historia y geografía.
EL MST con la acumulación de aciertos y errores intentamos aquí en Venezuela y otras regiones del mundo, colaborar para la formación y producción, para todo lo que sea necesario tenemos la capacidad de colaborar. Puntualizó Dennis Sosa.
Inces y el convenio con el movimiento sin tierras
Por su parte, Yolimar Mejías, también facilitadora de la Brigada Internacionalista “Apolonio de Carvalho” del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil, explicó que que desde el año 2005 se encuentran en Venezuela, un grupo de compañeros de este movimiento, tras la visita del comandante Chávez a Brasil, con el objetivo de intercambiar experiencias en el trabajo agrícola.
Aseguró que la Brigada ha venido desarrollando una serie de aportes, experiencias y técnicas que se han puesto en prácticas en varias regiones de Venezuela, como parte del convenio acordado entre el Movimiento y el gobierno Revolucionario.
Así mismo, el Inces y el Movimiento Sin Tierra, a través de su figura jurídica “Terra Livre” han firmado un convenio de cooperación interinstitucional que permite en éstos momentos desarrollar la formación, como el taller de formulación de proyectos, que actualmente culminó en el CFSA La Azulita.
El objetivo es preparar a los participantes del Inces, en todo lo que tiene que ver con el diseño, planificación de proyectos, con todas las herramientas mundialmente utilizadas para ello, para el seguimiento la evaluación y control.
Finalmente explicó que en el caso, especifico de Mérida, hemos desarrollado varias experiencias como el rescate y reproducción de semillas de algunos rubros de tipo hortaliza y legumbres, que se ha venido generando también en La Azulita, por ser una tierra con mucha potencialidad agrícola.