** A poco más de un año de pandemia, una parte importante de los trabajadores del Inces se vieron en la necesidad de formarse en el uso de plataformas tecnológicas
L.T.
Este primero de mayo Venezuela arriba a 412 días de pandemia. El 13 de marzo todos los trabajadores partieron a su casa: “¡Hasta el lunes!”; pero ese lunes aún no ha llegado. La pandemia mundial, ocasionada por la COVID-19, lo ha impedido.
Los días siguientes fueron de incertidumbre. La mayor preocupación eran los jóvenes y adultos que estaban en proceso de formación. Esos primeros quince días de cuarentena, en el ámbito educativo, eran una eternidad, entonces, de manera incipiente, tímida, algunos maestros comenzaron a establecer contacto con los participantes y aprendices a través del uso de las tecnologías de la comunicación.
Llegó el mes de mayo, celebrar el Día del Trabajador era un imposible. Los días corrían y el Ejecutivo decreta 15 días más de resguardo. Pero el Inces no podía, una fuerza interna le impedía paralizarse. La formación técnica profesional debía continuar. Entonces, comenzó a expandirse la idea de formar a distancia. El personal administrativo se fue incorporando a sus actividades poco a poco. Hay procesos que no pueden detenerse.
Un mes después todos estaban activos. Cada Inces regional, centro de formación y gerencia general comenzó a activar a maestros y trabajadores cuyas funciones, siendo indispensables, podían hacerse desde casa.
Al convertirse el teletrabajo en una nueva realidad, los maestros empezaron a buscar herramientas que le permitieran dar clases a distancia; el personal administrativo se vio obligado a descargar aplicaciones que le permitieran, a través de las videoconferencias, ir al ritmo de la institución.
Un año después, la meta del Inces es convertirse en una institución tecnológica, digital. Una escuela que se adapta a las nuevas tecnologías, y para ello, trabaja en la creación de un campus virtual. Por si fuese poco, se aspira alojar en ese mismo espacio, la Escuela de Formación de Trabajadores, con el objetivo de brindar al inceista las herramientas necesarias para que, desde su casa, continué tributando a la formación técnica profesional del país.