** Educar es ayudar a los demás a ser lo que está llamado a ser, a quererse, aceptarse y potenciar sus talentos y posibilidades
YUDITH CASTRO | Zulia
“El curso me enseñó que aunque tenga una discapacidad no es impedimento para lograr mis metas, solo tenemos que esforzarnos y tener voluntad para hacer lo que nos propongamos. Gracias maestro Modesto por su interés en nosotros,” así lo plasmó Fabricio de 24 años (nombre ficticio) en una hoja cuando el docente del Inces solicitó a los participantes del curso de Almacén que elaborarán una reflexión sobre lo más interesante de la clase.
Esta experiencia demuestra que la educación no es un mero proceso mecánico y memorístico y que el rol de maestro es determinante en la construcción psicosocial de los alumnos, porque cada uno es irrepetible y único, tienen una misión en la vida y deben contar con el docente para realizarla.
A pesar de su corta edad, Fabricio ha pasado por muchas vicisitudes que le dejaron huellas; la muerte de su madre a muy corta edad y la ausencia permanente de su padre. Aunado a esto padece de un trastorno mental que en ocasiones lo distancia de sus metas, pero sus ganas de luchar lo acercan nuevamente al camino que debe transitar para alcanzarlas.
Fabricio se motivó a realizar el curso gracias a la insistencia de Ricardo Acosta, quien ha tomado el rol de padre debido a la cercanía con la familia de este joven. “El curso lo ha transformado, se ve más entusiasmado y seguro de sí mismo. Una vez que finalice esta formación él trabajará en una empresa en la cual labora su tía. Esto lo hará sentirse útil porque ahora tiene un propósito en la vida,”
Con esta vivencia es posible concluir que se requiere una educación que no castigue el error, sino que lo convierta en una oportunidad para el aprendizaje, necesitamos una educación que trasforme las limitaciones y discapacidad en retos y propuestas de superación. Educar es ayudar a los demás a ser lo que está llamado a ser, a quererse, aceptarse y potenciar sus talentos y posibilidades.