El programa Industria y su curso de Serigrafía siguen dando de que hablar. Y es que, en estos tiempos de crisis, la gente se la inventa para seguir viviendo, como algunos habitantes del municipio San Rafael de Carvajal, municipio del mismo nombre, en el estado Trujillo, para aprender a ocupar su tiempo libre en “cosas provechosas”, tal como lo afirma, José Araujo, maestro técnico voluntario.
En conversación vía telefónica, el destacado profesional de la serigrafía del Instituto Nacional de Capacitación Educativa Socialista asevera estar admirado de las ganas y el empeño que le coloca la gente, cuando de “aprender cosas buenas se trata, sobre todo de pasar por encima de los obstáculos para cumplir con sus metas personales, como la de aprender un oficio nuevo”, dice.
«Lo que hoy hacemos en el liceo Julio Sánchez solo refleja una pequeña parte de lo que son capaces de hacer estas personas, casi en su mayoría habitantes del lugar, que, por problemas logístico, se ven limitadas para acceder a los sitios de mayor movimiento económico y social del estado, pero sin embargo, con ganas de aprender y sobre todo hacer, en beneficio personal y colectivo», agregó.
Una prueba de esto -indica- fue la idea de restaurar el aviso del Liceo Bolivariano Julio Sánchez Vivas, una de las entidades educativas de trayectoria y relevancia de esta localidad, pues de aquí han egresado personas que ocupan cargos de importancia en la sociedad trujillana, y que, pese a la situación económica del país, se mantiene operativa.
Los participantes de Serigrafía del Inces-Trujillo se plantearon el reto de la restauración del aviso, considerando que, a propósito del anuncio oficial de clases por parte del Gobierno Nacional para el venidero año escolar, es también la oportunidad para medir el grado de aprendizaje en la especialidad, con todo y lo costoso que significa trazarse una meta de ese tipo en estos días, recalcó Araujo.
El también trabajador del Inces-Trujillo sostiene que “aunque esta idea forma parte del proyecto final de su formación teórica y práctica en el Inces-Trujillo la quisimos mostrar, pues seguro estamos que servirá de aliento y motivación a quienes deseen ver en este tipo de trabajos algo provechoso y que peso, en el entendido que los tiempos que nos vienen no son del todo alegadores”, afirma.
«Iniciamos el pasado 24 de junio, para un curso de 260 horas y 19 participantes, y no les miento que han sido las mejores horas de mi vida, pues en situaciones y en coyunturas como estas donde se aprende a medirse y encontrar rumbos provechosos como los participantes Inces que agradecidos por la acogida del personal del “Liceo Bolivariano Julio Sánchez Vivas” restauran su aviso, finalizó José Araujo.