** El experimentado maestro del área de la construcción civil está agradecido por el botón que se le otorgó este 27 de agosto junto al resto de los trabajadores
MARÍA CABRERA
En el mes aniversario, en la División de Formación Profesional se encontraba el maestro Manuel Rangel, quien vino a revisión de su expediente en el Inces. Imbuído en su obligaciones, le solicité un momento para conversar y con la caballerosidad que lo distingue me respondió: “Cómo no, licenciada. Déjeme entregar esto y ya la atiendo”.
Fuera de la oficina, le indiqué que se encontraba en la lista de los que recibirán el boton por años de servicios con motivo del 62 años del Inces, y no les miento, cuando les señalo que sus ojos además de abrirse más de lo acostumbrado, se llenaron de lágrimas por la noticia.
-Yo me inicié en el Inces entre el 2002 y 20003 como facilitador eventual en las zonas rurales en el área de ingeniera civil impartiendo cursos como: constructor de viviendas familiares, pisos, frisos,cómputos métricos,electricidad básica, constructor de paredes, entre otros.
-En esa época -agrega- el Inces con el programa “Vuelvan Caras” aperturó formaciones a las comunidades y se les sumo a la parte técnica productiva el componente político; de forma que dichos cursos fuesen más integrales, lo cual hacia que el conocimiento además de compartirse con los participantes, lo hacíamos entre los instructores de otras áreas, dice Rangel.
-¿Que nos puede contar de ese Inces?
“Era más rígidoy esquemático. Los instructores no podíamos desarrollar puntos que no estuvieran en la planificación que se pasaba. El actual es más flexible, más abierto a las comunidades, organizado, pero más pragmático porque acepta cambios en el proceso de ejecución de las formaciones, porque puede atender una eventualidad sin generar traumas. No hay casi presencia de la empresa privada en sus decisiones.
Mientras Manuel Rangel hablaba sus ojos se iban tornando más brillantes mientras su mente pasaba por el pasillo del cuarto de los recuerdo del Inces, recordando a muchos compañeros que se han muerto, se han jubilado o se han retirado por voluntad propia.
-¿Refiérame una anécdota que usted recuerde?
-Recuerdo una particular que se suscito en el centro de formación socialista “José Martí”, con participantes del curso de albañilería, donde nos planteamos como meta construir un estacionamiento para el público y los trabajadores del Inces que no tenían donde resguardar sus carros. El hecho suscitó una controversia con dirigentes vecinales de San Luis, quienes se opusieron a la acción. Maria Anaya (otra de la homenajeadas) y yo le hicimos frente sin ocasionar problemas y solucionamos el asunto que terminoó en la construcción del estacionamiento en unión con los compañeros del curso de herrería que también nos colaboraron.
-¿Que valor tiene estar en el Inces?
-El Inces es mi casa familiar de toda la vida, la cual me sigue abriendo las puertas, me ha permitido crecer como persona y ciudadano; agradecido estoy con Dios por estar aquí.
-¿Que significa que te hayan seleccionado para recibir botón por años de servicios?
-Un éxito porque sin falsas modestias, seguro estoy que lo he hecho bien. Es un reconocimiento justo, pues yo he contribuido en la construcción de las metas de otras personas y que el Inces valore eso, me llena de mucha gratitud; ahora el compromiso es mayor porque yo le he puesto empeño, brindado mi trabajo y hecho aportes al organismo.
-¿Como celebraras este reconocimiento?
-Lo haré en forma colectiva, con el resto de las trabajadores, quienes espero que me estrechen la mano, me den un abrazo, porque aunque hay prohibición, solicitaré hacer un aparte de las medidas de bioseguridad, para recibir esas muestras de cariño junto a los demás, porque esto es lo máximo…