Petróleo y juventudes: retos de la juventud venezolana del Siglo XXI

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** La mejor apuesta que tiene un país es su juventud; esta generación que llamo “generación zeta” está guiada por una generación que ha irrumpido en el escenario internacional con una postura valiente. Hemos demostrado que somos un país de audaces, de gente que puede salir adelante pese a todas las dificultades

FREDDY MARTÍNEZ

“En la actual coyuntura es importante estimular a la juventud para que este alcance grados de profesionalización porque estamos en un momento donde el país necesita renovar sus cuadros y la juventud está llamada a ocupar posiciones. Necesitamos estimular a los jóvenes y sembrarles la visión de país que permita alcanzar el crecimiento económico y el desarrollo industrial lo más pronto posible y para eso estamos apoyándonos como industria petrolera”.

Con estas palabras motivadoras el profesor Franklin Marchetti, ingeniero industrial, planificador e investigador asociado a InterSaber, se dirigió a un importante grupo de aprendices Inces y estudiantes de la Unefa resaltando que, “tanto Venezuela como nación y la juventud que la habita son privilegiados”.

 

 

“Venezuela es el país con mayores reservas de petróleo cuantificadas en 300 mil millones de barriles; los jóvenes son privilegiados porque el sistema educativo le garantiza acceso a la educación en todos los niveles. Comparando con los sistemas excluyentes de los países vecinos, donde los altos costos de matrículas y el propio derecho a la educación es negado, en Venezuela el sistema es incluyente. El Estado es garante para que la educación llegue a todos los sectores sociales”.   

Marchetti dirigió el taller Petróleo y juventudes: retos de la juventud venezolana del Siglo XXI hacia dos aspectos fundamentales: la importancia de los jóvenes y la formación profesional. Los jóvenes, porque estos deben labrarse una misión de vida, un porvenir; un futuro que debe granjearse con la visión de cómo seremos dentro de diez años.

 

 

Sin embargo, Marchetti sostiene que, así como la juventud es favorecida por ciertas condiciones, también esta es asechada por amenazas y peligros. “¿Qué pasa en nuestra mente, cuando siendo una nación privilegiada como Venezuela, los jóvenes piensan en irse a otros países, provocando fuga de cerebros, pérdida de identidad?”, pregunta.

“La juventud ha sido uno de los objetivos de ataques contra Venezuela. Una acción desmotivadora que busca golpear la autoestima de los jóvenes para obligarlos a buscar “sueños” en otros países; sueños que más bien se convierten en pesadillas, porque, ¿qué quieren los enemigos del desarrollo de cualquier país? Que la juventud no sirva. Estos enemigos quieren que siempre estemos distraídos, pegados a las redes, viendo Neflix, ¿Por cuál razón? Precisamente para que sigamos siendo el mismo país de 1900 cuando las transnacionales norteamericanas se apoderaron de la industria petrolera venezolana”. 

El profesor Marchetti afirma que, en ese sentido, debe existir una política pública dirigida a acompañar y a motivar a los jóvenes en su proceso de formación y profesionalización para que sean los cuadros que dirijan en un futuro cercano no solo la industria petrolera sino, las eléctricas, mineras, de telecomunicaciones, infraestructura, de alimentos, entre otras.

 

“Venezuela es uno de los países que tiene una cantidad de instituciones que necesita profesionales jóvenes para sus planes de crecimiento; según Naciones Unidas, Venezuela es uno de los países con mayor potencial de desarrollo, lo prueba el hecho de que hoy empresas norteamericanas buscan regresar al país después de todas las sanciones y bloqueos que le han impuesto al pueblo venezolano”.

Los múltiples recursos que la industria petrolera genera da luces de que sí es posible reactivar, de motivar lo suficiente a la juventud para que asuma el reto de industrializar un país; pero no podemos seguir dejándonos llevar por impedimentos de momento; sabemos que estamos bajo un régimen de cerco económico internacional, un bloqueo criminal, sin embargo debemos mirar hacia nuestra juventud, inculcarles los valores necesarios y darles las herramientas, que son: la profesionalización, y la capacitación permanente.