Aprendices de Caracas trabajan en el Primer Vivero de la Juventud Productiva

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** Los trabajadores Inces, especialistas en el área agrícola,  fueron los responsables de dictar la formación introductoria, acompañados por personal de la Misión Árbol

 

Longina Tovar

La Coordinación Nacional Juventud Productiva Inces convocó a los voceros del Movimiento Nacional de Aprendices Inces – Producción, del Distrito Capital, con el objetivo de comenzar a trabajar en el proyecto Primer Vivero de la Juventud Inces, acción que se espera sea emulada en todos los estados del país.

 

 

Con el apoyo de la Misión Árbol y del Ministerio de Agricultura, así como de los especialistas agrícolas Inces adscritos a la Gerencia General de Formación Profesional, se llevó a cabo el taller Cultivo de Mesas Organopónicas.

 

La formación contó con una parte teórica en la que se conversó acerca de la preparación de los suelos y su respectiva desinfección, así como de la importancia de las semillas; luego, se pasó a la parte práctica, espacio que permitió hacer la primera siembra del futuro vivero.

 

 

Semillas de ciclo corto como cilantro y cebollìn, y otras como el merey, fueron sembradas por los aprendices Inces, quienes se dieron cita en esta actividad que forma parte del 63 aniversario de la institución.

 

Entre las autoridades presentes estuvieron el coordinador nacional de Juventud Productiva Inces, Luis Eduardo Salazar; por la Misión Árbol la directora de las Unidades Educativas, Rosa Milla; el gerente de Formación, Investigación y Conservación, Igor Márquez y por la Gerencia de Bioinsumos, Betty Arias.

 

 

Entre los facilitadores y especialistas en la materia, estuvieron los trabajadores de la Gerencia General de Formación Profesional Lourdes Hidalgo y el ingeniero agrónomo y coordinador nacional del Programa Agrícola, Henry Márquez.

 

Durante el tiempo que duró esta formación introductoria, los facilitadores insistieron en que la agricultura es una actividad productiva que se puede hacer en cualquier espacio que se encuentre ocioso y que los beneficios pueden ir desde lo más básico, que es el consumo familiar, hasta convertirse en una forma productiva de obtener ingresos, contribuyendo al mismo tiempo con las comunidades del punto y círculo del productor.

 

La construcción de este vivero fortalece la línea estratégica del Inces que se refiere a la territorialización de las formaciones. En el caso de las ciudades, como este, la agricultura urbana es una forma de combatir los tropiezos que vive la economía nacional y contribuir con el desarrollo productivo de la nación.