La formación y mejoramiento del trabajador fue sentimiento obsesivo en el Maestro Prieto Figueroa

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** Con ocasión de conmemorarse 121 años de su natalicio en la histórica ciudad de La Asunción, estado Nueva Esparta, nos permitimos enunciar algunos de sus pensamientos en distintos momentos de su vida, los cuales nos permiten dibujar la complejidad y profundidad de sus intenciones

 

Cuenta la historia que Luis Beltrán Prieto Figueroa fue y continúa siendo uno de los más importantes maestros venezolanos del siglo XX. Connotado luchador por los derechos del pueblo y quien entregó muchos años de su vida por la capacitación de sus connacionales, especialmente por la gente de escasos recursos y quienes no tenían oportunidad de acceder a una educación justa y digna.

En un poema de Aquiles Nazoa homenajeaba al maestro Prieto de una forma bastante particular, pues hablaba de sus orejas. Y si, en efecto, el maestro tenía unas orejas grandes. “Creo, que eran así de grandes o se hicieron así de grandes, para poder escuchar a aquellos que no tenían voz”. Esto porque para el maestro, político y poeta, el pueblo tenía derecho a educarse y la nación el deber de definir la doctrina educativa y garantizar una educación “democrática, gratuita y obligatoria”.

Algunas ideas al ruedo:

“Alcanzar una sociedad verdaderamente democrática”, es indispensable, “educar ciudadanos y ciudadanas con espíritu democrático y con herramientas para desarrollarse económica y socialmente, es imprescindible.

Prieto fue un convencido de la educación como asunto de carácter público, y no como privilegio de castas.

“El mejor colegio para un niño o joven; es sin duda el que está más cerca de casa.  De allí que todos los planteles deben tener la suficiente calidad y brindar así, igualdad de oportunidades”.

“Debemos enseñar a las masas con precisión lo que hemos recibido de ellas con confusión”

“Si queremos una República, debemos formar republicanos”.

Debemos organizar al magisterio y preparar la reforma de la educación sobre bases pedagógicas de una “escuela nueva”, que promueva la libertad del niño y del adolescente; y donde la actividad educativa esté centrada en los intereses cognitivos y afectivos de los estudiantes.

Prieto creía en una educación laica y en la vinculación entre la escuela y la comunidad. El Proyecto de Ley Orgánica de Educación Nacional, en el cual propuso Prieto que la educación debía estar bajo la responsabilidad del Estado, planteó la gratuidad de la enseñanza y la obligación del Estado en ayudar a los más necesitados a acudir a la Escuela.

Es por nuestras carencias educativas que vamos resultando en esta sociedad como seres inacabados, inconclusos y con la realidad, que siendo histórica, es tan bien tan inacabada como estos seres.

Despreciamos la reducción de los oprimidos a  la condición de meros objetos de la acción educativa y liberadora, en la cual ésta se realiza sobre y para ellos y no con ellos.

Es definitivo, este 14 de marzo recordamos el cumpleaños de un hombre que vivió por la educación, en la educación y para la educación. Su solo recuerdo debería suscitar el mayor respeto para con su hijo consentido: el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista, antiguo Ince.

Recopilación: I.R.