Por primera vez en la historia se celebra el aniversario del programa más sensible del Inces

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 *** Efectivamente el Programa Nacional de Aprendizaje (PNA), el consentido del maestro fundador Luis Beltrán Prieto Figueroa, arriba a 58 años de su establecimiento y luego de millares de jóvenes y familias favorecidas durante ese lapso se reconoce su accionar para beneplácito de la comunidad Inces y el país entero

 

IVALDO RODRÍGUEZ

Esos muchachos que nos encontramos en la calle, en el metro, paradas, plazas y en fin, en todas partes con un pantalón, chaleco y corbata azul, una camisa blanca, son la sangre viva del Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces).

 

Son la sabia del mañana, la juventud que busca derroteros que vencer y finalmente logra objetivos impensables: la suprema felicidad y el desarrollo. Esos son los aprendices Inces.

 

Por primera vez en la historia de 64 años del instituto, se valora el esfuerzo de un programa llamado al rescate de tantos jóvenes (14 a 18 años) que soñaron con incursionar de la mano de alguien al mercado laboral, al sector productivo, al engranaje social que les permitiera, a futuro, proveer sustento para sí y su familia.

 

Pues bien, celebremos con entusiasmo el empeño de centenares de personas en toda la nación que han dado lo mejor para esta causa y que con la mayor humildad se han ido solo con la inmensa satisfacción de haber aportado contenido al engrandecimiento de Venezuela.

 

En términos formales, el Programa Nacional de Aprendizaje es una metodología de carácter eminentemente social, contenido en la Ley del INCES, que establece la obligación civil que tienen todas las entidades de trabajo que cuenten con quince (15) o más trabajadores, de “contratar y formar” a un número de aprendices, en el marco del proceso social del trabajo, según su vocación y libre elección, en el proceso sistemático de formación y autoformación colectiva, bajo la tutela del INCES.

 

Con él se logra contribuir con el fortalecimiento del proceso sistemático de formación y autoformación colectiva, técnica, tecnológica, humanista, social y productiva de los adolescentes en diferentes áreas del conocimiento, valorando el diálogo de saberes que coadyuva al desarrollo socio económico del país.

 

Se trata de un programa de formación que contribuye al fortalecimiento del proceso social del trabajo, reconocido allende nuestras fronteras y con peso específico en nuestros hogares, familia y entorno social.

 

Como siempre, el Inces abre sus puertas a todos los interesados y hoy domingo, 1ero. de octubre, estaremos vibrando en toda la geografía nacional y celebrando lo que siempre debió celebrarse: la grandeza de nuestra juventud emprendedora, ambiciosa y con vocación de ser cada día más útil a la nación.

 

Que viva el PNA y que vivan con él, todos los involucrados en más de 5 décadas. Honor a quien honor merece…