** Fueron 78 los participantes que aprobaron el curso desde sus casas y que aprendieron los secretos de esta especialidad que sigue avanzando con participantes, no solo de Trujillo, sino en otros ámbitos de Venezuela
MARÍA CABRERA
Los participantes de Serigrafía del Inces-Trujillo culminaron 176 horas de puro y verdadero aprendizaje en esa especialidad, esta vez de la mano de Michell Hernández, encargada de ofrecer esta formación que sigue demandando mucho por parte de la gente joven, y otra no tanto, en esta geografía andina.
Y es que desde el inicio de la pandemia esa formación dio de que hablar más de lo común, no solo porque se incorporaron algunos elementos novedosos en el abordaje de la misma, sino porque precisamente por las características de su plan de acción, se le ajustaron unos cambios que fueron bien recibidos por este grupo etario que se identificó de inmediato con la formación.
De acuerdo a Hernández, cada uno de los inscritos, 155 en total, buscaban “la forma de comunicarse conmigo, pasar por encima de alguna dificultad tecnológica y de distancia para aclarar algún punto que no les había quedado claro” y eso desde luego fue uno de los ingredientes especiales que impulsó más este curso que tuvo a participantes de otras partes geográficas distintas a Trujillo.
“El hecho que la formación netamente virtual y que desde sus casas cada quien pusiera de sí es un aliciente”, dice Michell Hernández, quien con satisfacción mostró parte de las gráficas de los trabajos de sus participantes quienes desde sus hogares se esmeraron por mostrar lo que aprendieron.
En esta ocasión culminaron 78 de ellos, quienes cumplieron a cabalidad la mayoría de los trabajos solicitados en cada una de las clases que se vieron durante el lapso que se inició en el mes de mayo y que en esta temporada vacacional aspira abrir otro curso que seguro que tendrá la misma respuesta que las anteriores, según supimos.
Con este resultado, el programa Industria de Inces Trujillo se anota otro logro que abarca a todo el núcleo, pues son triunfos se viven en familia, más ahora que el organismo está en una etapa de transformación interna, proceso que se inició hace casi un año.
