CFS de Palo Verde construyó las mesas del Café Wadäka en Unearte

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** Será un espacio de encuentro y recreación en un ambiente de relajación y esparcimiento atendido por el riguroso protocolo formativo del Inces y su marca Wadäka

IVALDO RODRÍGUEZ | Sede

Como resultado tangible de un efectivo encadenamiento productivo puede calificarse la realización de 13 mesas para banquete, con sus respectivas sillas, por parte de la Brigada Productiva del Centro de Formación Socialista del Este en Palo Verde, con la intención de dotar y amoblar la nueva sede del Café Wadäka, en los espacios de la Universidad Nacional de la Artes Unearte (Unearte), dispuesta a inaugurarse este viernes 28 a las 4 de la tarde.

Se trata de un trabajo coordinado y producto de un convenio entre Unearte y el Inces donde se activan las fuerzas docentes y productivas del instituto, en aras de favorecer la formación, expansión y el buen vivir del recinto que rige la formación artística en el país.

Son piezas obtenidas institucionalmente por la sede Inces del 23 de Enero (Zona E) como producto de reciclaje, pero tratadas por manos artesanas y motivadas por la persistencia del Inces en hacer las cosas bien y demostrando los conocimientos que a diario se imparten en sus sedes.

El trabajo se inició con la madera de reciclaje (paletas) que fue medida, cortada y tratada con limpieza (liberación de clavos y otras impurezas) seguida por aplicación de la máquina regruesadora, la canteadora, sierra de mesa, sierra radial y pulidora, para concluir con un baño se sellador y barniz tamizado que le infringe un delicado toque rústico acorde con el concepto de la marca Wadäka.

Los siete brigadistas, en solo 15 días, y dirigidos por su promotor técnico productivo (PTP) Arnulfo de la Hoz, provistos de sus anteojos y tapabocas, afrontan con entereza una labor delicada y altamente profesional que superan con éxito luego de su pasantía por el Inces. Manos y sapiencia se conjugan en un elemento que hablará por sí solo del esfuerzo y calidad formativa de la institución.

Arian Gutiérrez, joven brigadista que trabajó las mesas nos confesó su complacencia por haber incursionado en el Inces, toda vez que ha obtenido conocimientos de Carpintería, Herrería, Soldadura y “ahora me inscribí en un taller de Reparación de Artefactos Eléctricos que seguro me será de mucha utilidad”.

Las mesas tienen una altura de un metro, en tanto que sus dimensiones son de 70 x 70 cm.

De esta manera el Inces forma y demuestra ante el país las potencialidades que lo acompañan donde, al día de hoy, enarbolan la bandera de que “producir es la consigna”.