Jesús Enrique Romero: ¡Yo sí estoy agradecido con el Inces!

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** Reconociendo su labor y el tiempo dispensado a la institución le realizamos una entrevista para conocer su lado humano, expectativas, y lo más importante, que ha vivido durante su permanencia en el Inces

ZUVALQUI DUARTE | Vargas

Jesús Romero inició como participantes de los cursos de Ebanistería y Carpintería en la zona Oriental, luego pasa a Distrito Capital donde es contratado como instructor en esa especialidad, en el centro de formación socialista (CFS) Polivalente del 23 de Enero, y dos años después, adquiere el cargo de supervisor por concurso, además de ejercer como jefe de Formación Profesional, labores que ha desarrollado con compromiso y ética.

Para Teresa Cartagena, jefa de Formación Profesional, hablar de Jesús es definirlo como un compañero respetuoso, caballero, dispuesto a aportar para mejorar el trabajo, abierto a los cambios, activo en sus funciones y un apoyo incondicional en los acompañamientos de los procesos formativos.


Al preguntarle sus impresiones en esta etapa de su vida comentó: “Mi meta es ver la imagen del Inces proyectada entre los primeros formadores, no solo a nivel nacional, sino también internacional; que sea reconocido su prestigio y valor, solo allí tendré la satisfacción del deber cumplido, porque a pesar de los problemas derivados de la crisis económica, la trabajadora y el trabajador Inces deben ser agradecido con la institución ¡Yo sí estoy agradecido con el Inces!, porque me abrió sus puertas y me permitió desarrollarme en diversos campos y ser mejor persona y profesional”.

Si volviera a nacer me dedicaría a estudiar desde el inicio, como de hecho lo estoy haciendo en este momento en la Universidad Simón Rodríguez, núcleo Palo Verde, en la carrera de Administración de Recursos y Material Financiero. No perdería el tiempo, buscaría adquirir los conocimientos que dejé a un lado alguna vez”.

Y añadió: “Yo le recomiendo humildemente a mis compañeros de trabajo que tienen menos o mayor tiempo que yo en la institución, tratar en lo posible de identificarse con el Inces, sentir amor por el trabajo que se hace, valorarlo y estar a la altura del compromiso que tenemos. No hacer las cosas por obligación”.

Tras 20 años de servicio, Romero considera su mayor logro la experiencia de enseñar y ver a los participantes ingresar al campo laboral, y esa misma experiencia la vive cuando visita los espacios formativos y ve maestros muy buenos, que siguen dispuestos a aprender y a entregar lo mejor de sí para que sus alumnos salgan manejando la teoría y la práctica del oficio escogido.


A pesar de vivir en Caracas, todos los días cumplo mis responsabilidades en el Inces Vargas y eso me nace hacerlo porque siento que aquí puedo desarrollar y aportar todo lo que sé, es decir, entregar todo de mí”.

LT.