¡CHÁVEZ NO RENUNCIÓ! El grito que derrumbó la artimaña mediática

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** Esos segundos transmitidos por la TV venezolana, en los que fugazmente se vio con vida a Hugo Chávez, sirvieron de base para que el pueblo tomara las calles ante la desinformación y la necesidad de conocer las noticias reales

 

MARÍA CABRERA | Trujillo

Al grito de ¡Queremos a Chávez!, ¡Chávez no renunció! la gente de los sectores populares de Caracas y del interior de la República exigían ese 12 de abril de 2002 que se les informara sobre la situación real del depuesto presidente, Hugo Chávez Frías.

 

Y es que toda Venezuela fue testigo de la llegada del Comandante Eterno a Fuerte Tiuna, quien se había trasladado hasta allí para dialogar con los militares golpistas reunidos en el recinto castrence. Ese momento fue transmitido y manipulado por los medios de comunicación, como un acto de entrega y renuncia, que terminó dejando varios muertos y heridos.

 

Esos segundos transmitidos por la televisión venezolana, en los que fugazmente se vio con vida al líder de la revolución, sirvieron de base para que las protestas tomaran las calles ante la desinformación y la negativa de los medios de transmitir noticias reales.

 

Fue así como aumentó el deseo de conocer los hechos verdaderos, es decir, aquellos que explicaran la supuesta renuncia de Chávez, quien siempre había mostrado rectitud y responsabilidad con la sociedad venezolana. Mientras tanto los medios de comunicación pretendían socavar su credibilidad a punta de mentiras y calumnias, cuando la realidad era que estaba secuestrado.

 

En tanto todo esto ocurría, se preparaba el escenario para que el presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, fuese juramentado como presidente de facto por 47 horas, tiempo que tardó el pueblo revolucionario en movilizarse y organizarse para retomar el hilo constitucional de la Nación, con el rescate del líder de la Revolución Bolivariana.

 

Se dice que esta acción popular es única, no solo en el continente, sino más allá de sus fronteras, debido a las peculiaridades que rodearon estos sucesos de abril de 2002. Incluso, a 19 años de esa gesta, no hay registros político mundial de este tipo.

 

Un punto a destacar es que a pesar de la manifiesta participación de la Casa Blanca y de la oligarquía nacional, la participación de algunos periodistas internacionales contribuyó para que las exigencias del pueblo venezolano fueran escuchadas.

 

Es preciso recordar que agencias internacionales de noticia se encontraban en el país, porque los sucesos que precedieron el movimiento golpista de abril estuvieron marcados por un periodo de inestabilidad política, producto de una convocatoria a huelga general, gestada desde la oposición, en diciembre de 2001.

 

La participación de televisoras extranjeras, en esa oportunidad, fue crucial, porque le permitió al televidente ver y escuchar a través de la señal de cable lo que realmente estaba ocurriendo en el país. Los medios nacionales de la oposición transmitían su programación cotidiana y los que podían dar razón de los acontecimientos que realmente se suscitaban estaban fuera del aire, estrategia previamente meditada por los gestores del secuestro.

 

Es a partir de allí que se perfila el regreso del presidente Hugo Chávez como la restitución del hilo democrático que se vio interrumpido por 47 horas, tiempo exacto que duró la dictadura de Pedro Carmona Estanga, mandato caracterizado por la abolición de los poderes públicos, el cambio del nombre de Venezuela y el fin del convenio de cooperación con Cuba.