** El amasijo es elaborado por manos guaras con sabor y olor a logros y con textura de unión
DANNYS MORILLO / Lara
“Mi pan es es el mejor del mundo”, fueron las palabras del maestro técnico productivo Esmith Chávez, al llegar al feliz término del curso de panadería que duró 186 horas. De aquí en adelante, con los saberes obtenidos en la formación Inces, un colectivo de hombres y mujeres llevarán a sus espacios, para crecer colectivamente, el más sabroso pan larense, brindando lo mejor de cada uno de ellos.
Irreverente y radical, sin dejarse dominar por técnicas impuestas, sino más bien con la genuina esencia del hacer y saborear un pan auténtico, nuestro, donde liberarse de las ataduras del mercado capitalista y emprender el camino de la solidaridad en colectivo es el mensaje.
Manos de integralidad y de motivación
Estos panaderos y panaderas se plantean hacer pan y llevarlo a las comunidades y espacios del pueblo a precios solidarios, “haciendo el pan que queremos y comemos gracias a Dios”, dijo la participante Ana Hernández quien de manera emotiva agradeció la oportunidad de entrar a Inces y llevarse los conocimientos para servir al prójimo.
El coordinador de centro, Jonathan Gómez enfatizó la mística y la voluntad de seguir siendo el instrumento para todas aquellas personas que deseen incorporarse a la formación productiva “nuestros espacios de paz son productivos y nos llaman constantemente a la reflexión de que juntos todo se puede lograr” señaló.
De esta manera, Inces abierto y comprometido con el pueblo, brinda las herramientas del saber y del conocimiento como espacios de lucha constante, una forma continua y permanente de sumar esfuerzos colectivos, de creer y crear con firme compromiso y lealtad. Son 60 Años demostrando que somos la universidad del pueblo.