** Esta mujer emprendedora elabora sandalias de diversos tipos: cerradas, abierta y raja dedos, entre otras
YUDITH CASTRO /Inces Zulia
Esterlina González Fernández tiene 35 años y es artesana desde hace 20. Tiene un puesto en el casco central de Maracaibo y desde hace dos años sumó a su producción el reciclar zapatos para damas, propuesta que le ha servido para satisfacer las necesidades de calzado de las zulianas.
La iniciativa ha permitido reutilizar sandalias y botines desechados por diversas averías, lo cual representa un ahorro porque adquirir zapatos en esta época es casi imposible para las familias más modestas como consecuencia de la situación que vive el país producto del bloqueo económico al cual estamos sometidos.
Elabora diversos tipos de tejido:
-cerrado,
abierto y
raja dedos, entre otros. “Esta idea nació una tarde conversando con mi hija Estefany de 14 años, quien me dijo: mamí, vamos a tejer sobre las suelas que estén en buen estado, idea que me pareció excelente y me dije a mi misma, mi hija piensa en grande.”
Confiesa que no había visualizado esa oportunidad que le permite crecer como artesana y a su vez dar respuesta a una necesidad de la localidad. “Yo hago los montajes en 7 mil Bs. El modelo más sencillo es de raja dedos, este tiene un costo de 5 mil Bs, el de los botines sí es más costoso,” resaltó González.
Reside en el barrio Catatumbo de la parroquia Idelfonzo Vázquez de Maracaibo. Este sector es uno de los más vulnerables de Maracaibo, lo cual no impide que florezcan los emprendimientos. Es madre de 8 hijos, de los cuales 7 son hembras y un varón. “Cuatro de mis hijas son las que me ayudan a tejer, a pasar el hilo, a hacer las bellotas. Funcionamos como una empresa familiar aunque no hemos hecho el registro formal.”
Aún no ha realizado el registro, pero Esterlina ya seleccionó el nombre: Vivir la Vida, al preguntarle por qué esa denominación respondió: “porque del trabajo es que vivimos y sembramos educación.”
Además de las sandalias y cotizas, también hacen tapices, alpargatas y elaboran tejidos sobre las mantas. “Por la calidad del acabado de las piezas, nuestros productos se venden hasta en Margarita. Nuestro sueño es exportar los productos a otros países.”
Hace seis meses el Inces, a través de la coordinación de Mujeres Productivas legitimó su saber en el área de Artesanía Wayuu. “Yo desconocía que esto fuera posible, ¡fue una sorpresa!, me sentí emocionada porque reconocieron lo que aprendí a través de mi madre y mi cuñada, es decir, valoraron nuestro saber y cultura ancestral.”
