** La institución estuvo colmada de lactantes, gestantes y promotoras, además de las ponentes, asistentes del sector salud y personal cívico militar
NINOSKA ANGELINA PATRIZ SUÁREZ
Más de 150 personas asistieron al Inces Región Aragua con el propósito de hacer una pequeña muestra de la fuerza del brazo femenino en la entidad. Durante el evento se contó con la experiencia y sabiduría ancestral de las mamas indígenas, en representación de los pueblos originarios que hacen vida en la región.
De esta forma se dio a conocer entre los asistentes el maravilloso proceso del parto natural y el derecho a rescatar su natural fluidez para conectar a las mujeres y a los hombres con su esencia humana. Además de ello, la botica Wadäka, desde el centro de formación comercial Maracay expuso parte de su repertorio en medicina natural que está a disposición del público.
Así mismo se mostraron diferentes secciones para exponer el marco legal que ampara los derechos y deberes de las mujeres, así como la importancia del amamantamiento.
De regreso a nuestras raíces
“Los pueblos Warao, Inga, Cumanagoto y Wayuu comparten un método en torno al parto. El mismo consiste en permitirle a la mujer el parto natural. Para esta práctica, donde no interviene la medicina moderna, se prepara a la joven, incluso desde antes del desarrollo”, comentó la profesora María Milagros González, quien estuvo al frente, por parte del Inces Aragua, en la coordinación de la actividad.
“Las mamás, como son llamadas cariñosamente entre sus hijas y hermanas, nos relataron que luego de la primera menarquía, la niña indígena pasa por un proceso educativo que le refiere como debe ser su comportamiento al momento del parto. Esta cultura les permite entrar en perfecta armonía indolora al trabajo de parto haciéndolo, dentro de lo posible, una experiencia agradable”, refirió González.
Estas mujeres atienden la ocasión solitariamente, motivadas a no derramar lágrimas, para que la vida que llegue sea de carácter fuerte. Siguiendo sus creencias, consumen las esencias de algunas plantas combinadas y agua de harina para potenciar el amamantamiento posterior. El parto se da en tierra firme”, destacó la profesora María.
“Nosotras cavamos un hueco donde al sentir los dolores nos agachamos. Allí nace nuestro bebe. Cortamos nosotras mismas el cordón umbilical y enterramos allí la placenta. Desde el primer momento mantenemos pegados al pezón a nuestros nenes, lo que les brinda seguridad, amor y calor”; esto según la traducción de Nohemí Fernández, del discurso que dieron las mamás.
“Nuestra alimentación es muy sana y la tradición la mantenemos de generación en generación”; expresó Isbelia Montiel, representante de los pueblos indígenas, luego de saludar en cuatro idiomas.
La música también dijo presente
Todas la asistentes tenían el firme propósito de difundir el respeto por el valor humano y la femineidad que por tanto tiempo ha sido bombardeada por el sector capitalista, queriéndo transformar a la mujer en un objeto más para mercadear en la sociedad.
Del mismo modo, un grupo de danza conformado por las hijas de las promotoras presentes, mostró a los asistentes, en la plazoleta, un baile en honor a la cultura afrodescendiente, pionera en la lucha y defensa de los derechos en todo tiempo. Las niñas y adolescentes, hermosamente trajeadas, se divirtieron al tiempo que con sus pasos contaron historias al ritmo de la canción.
Por su parte, Taijer Venot, (cantante), Tereza Samelic (poetiza) y Alejandro Tinedo (músico y educador) también apoyaron con su hermosa participación, llamando a la reflexión y al disfrute de lo nuestro.
Algunas artesanías y manualidades dieron a la ocasión una vistosidad enternecedora, demostrando la versatilidad y ponencias con la cual cuenta la mujer y su influencia en todos los sectores de la patria. Por su parte, la Milicia Bolivariana también acompañó con su presencia, dando fe de esta realidad.